Este hongo sobrevive en el suelo, restos de cultivo y en plantas voluntarias de girasol, siendo también transmisible por semilla contaminada. La infección primaria se produce por conidios que alcanzan las hojas basales, penetrando por los estomas (o por heridas producidas por lluvia, granizo, etc.) y produciendo manchas y nuevos conidios, afectando después a las hojas superiores.

Se disemina ayudado por las gotas de lluvia que favorecen la dispersión en la propia planta y las vecinas. Las esporas secas son arrastradas por el viento a grandes distancias.

Las condiciones óptimas que favorecen su incidencia son temperaturas entre 25 y 28^oC y mojado foliar (rocío, niebla, lluvias, etc) durante 24 horas.

Las manchas en las hojas disminuyen el índice de área foliar y, en consecuencia, disminuyen la capacidad fotosintética. En el centro de esas manchas el hongo se desarrolla formando conidios (esporas).