Este hongo causa lesiones necróticas en las hojas y en forma de chancros blandos en los tejidos del tallo, pudiendo llegar a provocar que éste se quiebre. Sobrevive como peritecios en restos de cultivo. La liberación de ascosporas a partir de ellos, dispersadas por viento o salpicaduras, normalmente a las hojas inferiores, constituye el inóculo primario. En ocasiones también puede transmitirse por semilla.

Las condicionantes favorables para su diseminación se dan con lluvia y temperatura 18 - 32 ^oC y para su desarrollo con humedad al 90% y temperatura 20 - 24 ^oC.

Los síntomas se presentan en los bordes de las hojas, donde aparecen manchas irregulares marrones con margen clorótico. En los tallos aparecen chancros en la zona de inserción del peciolo, de color parduzco, bordes difusos y centro más claro. A medida que el chancro crece puede rodear el tallo, ablandando el tejido y provocando la rotura de la planta.